¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede medir y observar en base a unas simples preguntas de contenido cualesquiera?

El resultado de los aprendizajes que día a día trabajamos en el salón de clases y que en ocasiones encargamos como trabajos extra clase es algo tan extenso y completo que en ocasiones se ha medido principalmente durante la práctica de la educación tradicionalista. Sin embargo hoy en día con el desarrollo de las competencias podemos analizar que el producto del aprendizaje se observa o se comprueba cuando los alumnos pueden aplicarlos a la vida diaria y cuando son situaciones significativas para ellos, es decir y tomando en cuenta la definición de Perrenoud que de forma personal es muy acertada y precisa al decirnos que una competencia es la movilización de saberes que responden a ciertas necesidades del individuo a través de las cuales vienen a solucionar ciertas necesidades de los individuos, por lo que nos da paso a pensar que el aprendizaje es demasiado complejo y completo que viene a poner en práctica muchos de los saberes del individuo para lograr que éste se desempeñe de manera completo en su contexto De esta misma manera nos damos cuenta de que al desarrollar un tema e investigarlo con los alumnos, estos nos son tablas en blanco sobre las que podamos escribir, si no que ellos ya tienen ciertos conocimientos previos sólo hay que encausarlos e inducirlos a ciertas comparaciones para que por sí solos descubran cuales son los conocimientos adecuados y desechen aquellos que no son acertados.
Asì mismo nos permite recordar que la evaluación debe ser cualitativa y cuantitativa a través de el proceso de enseñanza aprendizaje donde se puedan evaluar: conocimientos, actitudes y habilidades es decir saber hacer, saber ser y saber convivir todos estos aspectos no podemos encajonarlos en la aplicación de un examen que viene a darnos un punto de vista muy restringido de los que pudiera ser el aprendizaje de los alumnos en forma satisfactoria reajustándolo corrigiendo y en constante movimiento.